Esta mañana leíamos la noticia de que los Rectores pedían ayuda al Gobierno ante las movilizaciones anti-Bolonia. Esto es doblemente significativo: por una parte el movimiento empieza a darle miedo a los gobiernos universitarios, es decir: empezamos a coger una posición de fuerza que antes no teníamos; por otro lado los grandes medios de comunicación, que hasta ahora habían ignorado las movilizaciones, empiezan a hablar sobre la contestación al proceso de Bolonia.
Todo esto debería ser motivo de alegría: hace un año pocos hubieran apostado que a estas alturas existiera un movimiento como el de ahora: la desilusión y la desmovilización eran dominantes por entonces en los campus. Esto nos vuelve a enseñar que los movimientos estudiantiles pueden pasar de marginales a mayoritarios siempre que sea por una causa justa como la actual.
La perseverancia y el trabajo de algunos han sido básicos para que se formara un movimiento asambleario, que igual que lo fuera el anti-LOU, es capaz de crecer rápidamente, innovar en los modos de lucha, sorprender debido a que su autonomía y descentralización lo hace espontáneo e imprevisible, que echa sus raíces en capas sociales de muy diversa índole al no estar claramente controlado por ninguna organización política previa. Pero esto es su punto fuerte y su talón de Aquiles al mismo tiempo, ya que la contrapartida es que precisamente debido a la ausencia de cabezas visibles e interlocutores se hace complicado negociar ante las instituciones los cambios en el modelo de enseñanza que estamos persiguiendo.
Y eso es precisamente lo que los Rectores poseen. Ya lo hicieron en la LOU y ahora vuelven a intentarlo: aprovechar la fuerza de las movilizaciones y su ausencia de liderazgo para negociar ellos con el Ministerio los cambios que les interesan, con el pretexto de “aplacar” la escalada de movilizaciones.
Hagamos memoria y recordemos cómo los Rectores estuvieron a favor de los movimientos anti-LOU hasta que negociaron los cambios que les interesaban y luego las aplicaron llegando a criminalizar a aquellos que siguieron reivindicando (desalojo de la acampada de Plaza Nueva, expulsión de estudiantes que entraron en la Junta de Gobierno de Sevilla, …).
Por esto, hay que ser precavidos con la euforia ante la noticia, precisamente ahora que el movimiento cobra fuerza no se puede permitir que otros se apropien de él. Estamos en una nueva fase: ya no vale solo con hacernos notar, sino .que a partir de ahora tendremos que dotarnos de herramientas que nos permitan eludir las siempre maquiavélicas trampas de los Rectores (que son unos profesionales en estas lides) y luchar contra las manipulaciones de los grandes medios de comunicación.
El primer paso para ello debería ser enviar un mensaje claro tanto a los Rectores como al Ministerio a través de un comunicado público: desautorizando a los Rectores como interlocutores del movimiento, dejando claro que las movilizaciones no remitirán hasta que no se cumplan las exigencias de los estudiantes indiferentemente de los acuerdos que pudieran llegar los Rectores con el gobierno, y una tabla clara de cuales son dichas reivindicaciones con los puntos mas importantes que se exigimos.
Para ello probablemente será necesaria una mayor coordinación de las distintas asambleas que, a día de hoy, funcionan independientemente, tanto dentro de cada Universidad como en las distintas Universidades de todo el Estado, y la articulación de una Coordinadora Estatal Anti-Bolonia que pueda dialogar directamente con el Ministerio.
Ismael Nieto y Alberto Soria
2 comentarios:
Se esta organizando un encuentro en Valencia para formar la coordinadora estatal los dias 13 y 14 de diciembre. Soy de la asamblea de ciencias de valencia, os dire algo mas en cuanto se sepa.
Muchas gracias
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